Las calles de Valderrobres componen un conjunto arquitectónico en el que se extiende un núcleo urbano desde la Iglesia Santa María La Mayor y el Castillo hasta la vertiente del río.
Entre piedras, paredes, suelos, caminos y esquinas, se crea Valderrobres sobre sí mismo. A partir del año 1390 comenzó el proceso de amurallamiento y fortificación del casco, construyéndose también el Puente de piedra que da la bienvenida al lugar, atravesando el río. Es una sólida construcción preparada para aguantar los avatares de los troncos y caudales del río. El Portal de San Roque era el que cerraba el acceso principal a través de este puente, bajo medio punto y hornacina con la imagen del patrón de la localidad. Todavía hoy en día se pueden apreciar restos de las murallas antiguas en varias calles del pueblo, en especial el Portal Vergós.
El Palau es un ejemplo de arquitectura gótica en la que se pueden apreciar, como antigua casa administrativa de la localidad, elementos constructivos de este periodo. La Fonda de la Plaza es otra edificación que conserva los elementos típicos de estas épocas antiguas tales como el torreón esquinero, las almenas y las gárgolas. También destacan la cárcel medieval y el llamado Torreón de Valentinet, que se encuentra en ruinas.